República de platon " ensayo"

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Introducción


Segundo libro de la república de Platón, quién inicia este diálogo es Glaucón, que no aprueba la retirada de Trasímaco, ni tampoco que Sócrates no exprese una definición precisa de lo que es la justicia.
Luego de esta explicación describe tres clases de bienes que se persiguen como; la alegría, los placeres sin mezcla de mal y la gimnasia, la curación de una enfermedad, el ejercicio de la medicina y cualquier otra profesión lucrativa, de estos últimos podría decirse que son penosos, pero útiles.



Reseña bibliográfica:
  
Platón fue un ateniense nacido en el año 427 a.C. en el seno de una familia noble, fue educado en música y gimnástica. En el año 407 a.C. Platón muere en Atenas en el año 347 a.C. a la edad de 80 años, como se puede comprobar, fue un anciano muy longevo para su tiempo y hasta el día de su muerte permaneció al frente de la academia. A su muerte deja la dirección de la Academia en contra de todo pronóstico a su sobrino, lo que encolerizará a otro gran filósofo de la época y discípulo de éste, quien es creía ya poseedor de la plaza de director de la escuela filosófica de tanto renombre, Aristóteles, el cual acabará fundando el Liceo por despecho que será la gran sucesora de la Academia cuando esta entra en declive.
Glaucón (nacido c. 428 a.J.C.) Filósofo griego. Hermano de Platón; figura en el Parménides y en La república.
Sócrates (Atenas, 470 a.C.-id., 399 a.C) Filósofo griego. Fue hijo de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo. Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates, aparte de que participó como soldado de infantería en las batallas de Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422). Fue amigo de Aritias y de Alcibíades, al que salvó la vida.
                                                                                                                                                                                                                                               
Argumento de Glaucón

Glaucón, amigo de Sócrates, partidario de la justicia, pero así mismo convencido de que la injusticia es más práctica realiza un alegato que servirá para que el filósofo despliegue todas sus armas y consiga exponernos a partir de ahí tanto su visión de la justicia como su modelo de estado ideal.
Glaucón afirma que una persona es justa por conseguir una vida mejor después de la muerte ya que en la otra vida son premiados todos aquellos que han sabido mantenerse rectos y justos en la vida terrenal y no por otra cosa ya que en la práctica la justicia nada aporta a quienes la practican; consecuencia de esto es la práctica masiva de la injusticia ya que a través de ella se pueden obtener distintos bienes materiales, así como honra y otros privilegios. Glaucón  argumenta también la facilidad con la que se puede llevar a cabo la injusticia y las satisfacciones que esta reporta ya que tiene consecuencias inmediatas, cosa que no ocurre con la justicia. Es más, el fin con el que se aplica esta, puede ser alcanzado igualmente por injustos ya que realizando sacrificios a los dioses estos serán perdonados de sus injusticias, salvando así mismo su posterior vida. Por estos hechos el justo debe enfrentarse a la tentación de la injusticia y soportar la humillación a la que es sometido de la mano de quien no es justo.
Sócrates anonadado y sin saber cómo responder a tan contundentes afirmaciones, decide buscar el nacimiento de la justicia, el concepto de justicia en un estado y así mismo tal definición en un individuo para luego contraponerlo a la injusticia, que no ha de poseer otra cosa que lo contrario a la justicia, para conseguir dar finalmente un argumento capaz de concluir por qué se debe ser justo aunque parezca reportar menor número de satisfacciones y mayor número de dificultades. Para ello y como cree más fácil buscar la justicia en conjunto para luego encontrarla en lo individual, comienza a constituir un estado bajo su punto de vista justo aplicando más tarde dicho concepto de justicia en un individuo en concreto.

Glaucón pone de manifiesto que la justicia no es vista como un bien en sí mismo para exponer las argumentaciones de la mayoría que elogian la injusticia. Glaucón comienza su argumentación distinguiendo entre tres tipos de bienes:

                                                                                                                           
1) los bienes que no deseamos poseer por lo que de ellos resulta, sino que nos agradan inmediatamente. Por ejemplo la alegría y los placeres de los que se puede gozar inmediatamente y que no reportan consecuencias.                                 
 2) los bienes que anhelamos tanto por sí mismos como por lo que de ellos se genera, como la inteligencia , la vista o la salud.
 3) un tercer tipo de bienes, como el que proporcionan la práctica de la gimnasia o el tratamiento médico junto a otras actividades lucrativas, bienes que son penosos  pero nos ayudan  y que recibimos en atención a las ventajas que reportan.
Se le pregunta entonces a Sócrates en cuál especie de bienes incluye la justicia, a lo que contesta que en la segunda, entre los bienes que anhelamos tanto por sí mismos como por lo que de ellos se genera. Ante lo cual indica Glaucón que la mayoría no lo ve así, sino que coloca la justicia en el tercer tipo de bienes, el de los que recibimos para obtener un salario y ganar buena reputación, pero que no estimamos en sí mismos debido a su penosidad.


Sócrates, reconoce estos bienes, pero le aclara que no entiende que se propone. Glaucón, le pregunta, en cuál de ellos ubicaría la justicia.
Sócrates, le dice:
"Por supuesto que en la mejor, o sea, entre aquellos bienes que hay que amar por sí mismos y por sus consecuencias, si quiere uno ser feliz."
Glaucón, le explica, a Sócrates que va a elogiar la vida del injusto y al hacerlo quiere demostrarle de qué modo quiere oírle atacar la injusticia y alabar la justicia.
Adimanto, prosigue con su diálogo aclarando que tanto Trasímaco o cualquier otro, podrían alegar sobre la justicia y la injusticia, tergiversando la esencia de una y otra. Pero, qué espera de Sócrates, el elogio de la justicia y la condena de la injusticia, que les haga ver los efectos que una y otra, producen en quienes las posean, por ser una un bien y la otra un mal.
Sócrates elogia a los hermanos por sus exposiciones y luego de un diálogo con estos les dice:
"Si admites una justicia para el individuo, ¿no admites también otra justicia para la ciudad entera?"
La opinión de la mayoría, de la multitud o del vulgo, la de "los muchos" como dice literalmente Platón, la opinión más frecuente que se tiene acerca de la justicia, no es diferente de la que se tiene acerca de la ciencia o de la educación: tanto en tiempos de Platón como en nuestros días, son consideradas prácticas penosas que no se efectúan por sí mismas sino a cambio de llegar a obtener la ganancia de un salario y de otras ventajas que se puedan generar de ellas.
                                                                                                                        
Glaucón quiere que se analice cada tesis por sí misma, sin atender al criterio utilitarista de tener en cuenta las consecuencias externas y contingentes, y que se estudie el efecto que se deriva de cada una de las demostraciones acerca de la justicia en lo que respecta a la naturaleza o alma individual (consecuencias internas y esenciales).

Para que se lleve a cabo lo que pretende Glaucón mismo se ofrece para retomar el argumento de Trasímaco y desarrollarlo de la siguiente manera:
1º) Exponiendo cómo dicen que es la justicia y de dónde dicen que se ha originado.
2º) Demostrando que todos los que la practican no lo hacen voluntariamente sino por necesidad y no porque sea para ellos un bien.
3º) Mostrando que su proceder es natural puesto que dicen que es mejor la vida del injusto que la del justo.

Glaucón no va a defender lo que piensa, sino el ensalzamiento del modo de vida injusto, sino la opinión más generalizada, que de tanto escucharla tiene bien aprendida, con el fin de incitar a Sócrates a que realice un discurso a favor de la justicia, pues aunque ha escuchado muchas alabanzas del proceder injusto de nadie ha podido oír aún lo contrario: "Desearía escuchar un encomio de la justicia en sí misma; y creo que de ti, más que de cualquier otro, podría aprenderlo. Destaca aquí el contraste entre la facilidad del discurso de elogio de lo injusto frente a la dificultad de la argumentación a favor de lo justo.
Los planteamientos del primer punto de Glaucón son los siguientes: 1) a) Se dice que por naturaleza es bueno cometer injusticia y malo el padecerla, pero lo malo de padecerla supera con mucho a lo bueno de cometerla.
b)  Como la mayoría no puede evitar padecerla y elegir sólo cometerla, juzgan ventajoso, concertar acuerdos de convivencia para no cometer injusticia a cambio de no padecerla. Es entonces que se origina la justicia, esto es, las leyes, que son convenciones mutuas de no agresión, es a las que se llama lo legítimo y lo justo.
 c) Este dicen que es el origen y la esencia de la justicia, que sería el justo medio entre lo mejor (cometer injusticia) y lo peor (padecer injusticia).
 d) Es por eso que lo justo, un término medio convencional, es preferido por la mayoría, pero no como un bien, sino por quienes carecen de fuerza para sólo cometer injusticias sin necesidad de padecerlas; ya que para quien fuera tan fuerte como para esto último no sería ventajoso el acuerdo salvo que estuviera preso de la locura. Queda así expuesta la naturaleza de la justicia.


                                                                                       

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